Parece que, por fin, hay una corriente que empieza a informar de que la relación de la alimentación con las patologías actuales no depende de las grasas. Y que, los culpables son los carbohidratos que las sustituyeron. El problema, de nuevo, es que no todos los carbohidratos son iguales, y quizás la sociedad empieza a tener miedo a todos los carbohidratos. Hoy te explicaré cuáles son los carbohidratos que actualmente comemos en detrimento de los que siempre comimos.
Si has leído los post de grasas que he publicado, este y este, habrás notado que la tendencia a evitar las grasas, por una “mala información”, ha llevado a esta sociedad a un sobreconsumo de productos procesados y ultraprocesados (muchos con base en harinas o azucares) que parece que son los verdaderos culpables de las patologías más clásicas de nuestro ambiente y su dieta occidental.
Tal y como hice con las grasas, y antes de empezar con los post de carbohidratos, quiero continuar con mi reflexión personal. Te invito a valorar la idea de que la “mala información” ha creado un mundo que consume muchos productos generados por la industria desde materias primas baratas y, por tanto, con mínimos costes de producción. Productos envasados con largas caducidades, gran posibilidad de estocaje y facilidad de transporte. Muy agradables al paladar, envasados con vivos colores, muy llamativos…”Mala información” que, casualmente, repercute en las arcas de la industria alimentaria, siempre creando nuevos productos que parecen más sanos que los anteriores, por supuesto, velando por nuestra salud. Claro que es lícito ganar dinero, pero quizá debas preocuparte por cuáles son los intereses primarios de quiénes se encargan de generar dicha información.
Centrándome en el tema de hoy, quiero explicarte cuál es la diferencia que se ha generado en la sociedad industrializada actual respecto a lo que comíamos antes. Antaño comíamos alimentos con una determinada cantidad de carbohidratos como: hortalizas, tubérculos y frutas. Pero, sobre todo desde la industrialización, esto ha variado enormemente. Ahora los carbohidratos proceden de otros alimentos que antes consumíamos en mucha menor medida.
Los carbohidratos de la sociedad industrializada
Una manera práctica de dividir los tipos de carbohidratos seria: Los sencillos, que son dulces porque están libres o casi libres, como la glucosa, o el azúcar (que es una glucosa y una fructosa). De forma natural están presentes en algunas frutas o en la miel. Y los complejos (llamados así porque están formados por cadenas de los sencillos, formando almidón), que clásicamente habrían sido los tubérculos, frutas, legumbres, cereales .Pero actualmente nuestras fuentes de carbohidratos son:
- Dentro de los carbohidratos complejos, los que serían almidones, están los granos (cereales como trigo y otros). Presentes en la pasta (macarrones, fideos, espaguetis), pan, pizzas, bollos, magdalenas, los cereales de desayuno… un larguísimo catálogo de productos. Aunque puedan parecer algo normal en la alimentación, es algo, relativamente reciente.
- Los carbohidratos más sencillos, como azúcar o fructosa y similares, presentes en todo tipo de producto dulces y también, a menudo, añadidos en el grupo anterior (magdalenas, bollos…). También son de “adquisición reciente” (obviando la fruta, alguna verdura o alguna miel ocasional).
Quizá siempre has pensado que los carbohidratos son carbohidratos, y ya está. Que todos son iguales. Pero si te fijas un poco más, verás que los que comemos hoy, son sobre todo los aparecen después de la producción, es decir que no es algo que comas tal y como está en el alimento. Antes comíamos zanahorias, boniatos y patatas, ahora macarrones, pan, magdalenas, y todo tipo de dulces. Y es que el efecto de estos carbohidratos actuales en nuestro organismo no es el mismo que el de los carbohidratos de siempre, de hecho es el contrario. Si los presentes en alimentos pueden generar salud, los carbohidratos procedentes de la producción y ultraproducción son pro-inflamatorios.
Un ejemplo del posible daño del consumo de cereales refinados se ve en este artículo del Diario de Nutrición y Cáncer, en el que valoraban el consumo de vegetales y la muerte por cáncer de estómago. Vieron que una alta ingesta de granos refinados se relaciona a una baja ingesta de fruta. La conclusión fue que el alto consumo de granos refinados puede aumentar el riesgo de cáncer de estómago. Pero dicen no poder saber si el aumento en el riesgo de este cáncer se debe a la baja ingesta de fruta.
Aquí es donde llegamos a una conclusión, y es que, cuantos más productos de cereales refinados comes, menos espacio queda en tu alimentación para comer alimentos en su estado natural. Por otro lado, cuando nos dijeron que no comiéramos alimentos con sus grasas, los sustituimos por más grano refinado. En resumen, para mantener tu salud te faltan las sustancias que encontrarías si comieras los alimentos en su forma natural, no procesados. Pero además, los cereales, y el trigo de forma específica, producen inflamación en el organismo, base de muchas patologías actuales.
En próximos post te daré un conocimiento más profundo del efecto inflamatorio de los cereales (por tanto de todo lo que lleva harina).
Te recomiendo, por tanto, que en tu alimentación abunden los alimentos de forma natural, lo menos procesados posibles. No sustituyas alimentos porque tengan muchas grasas o tengan muchos carbohidratos. Evita cereales refinados y ultraprocesados de cualquier tipo.