Cómo se activa el estrés y cuál es la función del cortisol

Hoy tengo un reto para ti, y es que leas este largo artículo en el que describiré en qué se basa la famosa respuesta de estrés de “lucha o huida”. Verás las fases por las que pasa dicha activación de estrés y entenderás qué es eso del cortisol.

Me disculpo porque, dado lo denso del tema, me he visto obligado a resumir y «adaptar » algún paso. Para simplificar me he basado en un ejemplo gráfico, muy clásico dentro del contexto de estrés: Por un momento olvida la comodidad de la ciudad e imagínate en un medio más agreste. Paseando al sol, tranquilamente por la hierba…De repente un animal te ataca (tu cerebro percibe un potencial peligro), en seguida  tu cuerpo se prepara para correr…tus pupilas se dilatan, se acelera el corazón y  respiras más rápido para que llegue oxígeno a la musculatura que necesitarás para la carrera o la pelea con el animal.

La energía que tienes en los almacenes (glucosa y grasa) saldrá a la sangre para que la musculatura la use. Tu pobre cuerpo, en este momento, no piensa en hacer la digestión, ni en comer, tampoco en la reproducción o incluso en dedicarse a crecer o reparar sus tejidos…

Cómo funciona el sistema de estrés

Cualquier agente estresante genera respuestas coordinadas de nuestra fisiología y de nuestro comportamiento. Preparamos nuestro sistema cardiovascular para correr ante una agresión, y todo nuestro ser nos dice que corramos. No nos apetece tumbarnos tranquilos o echarnos a reír, contentos…

Las respuestas al estrés se regulan por medio de la comunicación entre el cerebro, el sistema inmune y el neuroendocrino, en todas direcciones. Los tres sistemas emiten y reciben señales  para interaccionar coordinados en todo el organismo.


http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1727-897X2017000600013#img-1

¿Cómo se activa el estrés?

Tenemos dos fases, a las que llamaré olas, que difieren en el tiempo. La primera ola es inmediata y genera que podamos “luchar o huir”. La segunda ola tardará un poco más en llegar y estabilizará la respuesta producida en esa primera ola. En este artículo del Endocrine Reviews puedes ver todo esto, de forma realmente profunda.

Primera ola:

Desde el cerebro bajan (y suben) por la medula espinal los nervios que recogen y emiten señales en la periferia para adaptarnos al medio. Podemos dividir el sistema nervioso en voluntario (somático) e involuntario (autónomo) que nos permite, por ejemplo, respirar  o bombear sangre, en todo momento, sin tener que dar la orden voluntaria. Este sistema nervioso autónomo se divide en dos partes, que se encargan de acciones opuestas. El Sistema Nervioso Simpático que se activa en estados de alarma y el Parasimpático que sólo se activa si el otro está “apagado”. El Parasimpático se dedica a regenerar, enlentecer el corazón, hacer la digestión… sería el estado de “paz”.

Así, cuando nuestro cerebro percibe señales de que algo puede dañarnos, activa el Sistema Nervioso Simpático que, resumiéndolo mucho, provoca la liberación de catecolaminas (Adrenalina) y CRH.

Estábamos en que un animal te atacaba… la primera ola es la liberación de adrenalina y CRH que provocan la activación del sistema cardiovascular: el corazón se acelera porque necesitamos que llegue sangre a los músculos que serán usados y, para ello, también necesitamos  aumentar la presión en los vasos sanguíneos (para que la sangre pueda correr mejor), aumentar la frecuencia respiratoria (para conseguir O2 y expulsar el CO2) y sacar a sangre la energía que se necesitará para todo ello (ácidos grasos de nuestra grasa y glucosa)

En estos momentos de estrés agudo, la salivación se inhibe y la digestión se detiene. Y Las catecolaminas liberadas  mejoran la formación de memoria. Nos ayudan a recordar  “dónde estábamos y qué estábamos haciendo”, para evitar repetir la exposición al peligro.

Además el sistema inmunológico, alertado por las catecolaminas se prepara para una posible infección  y alerta a todo el cuerpo generando  más sustancias proinflamatorias (citocinas proinflamatorias como IL-1b, IL-6, TNF-alfa, IFN-gamma).

Segunda ola:

Cuando el cerebro experimenta o piensa en algo estresante, además de catecolaminas,  también empezaba a producir CRH. La hormona CRH  “orquesta” toda la activación de estrés y en 10 minutos ya ha conseguido activar  la producción cortisol. Cuando el cerebro recibe las citocinas proinflamatorias del Sistema inmunológico genera más CRH que aumenta la producción de cortisol. Las células inmunes, por su parte, tienen receptores para el cortisol, por lo que producen más inflamación…que producirá más cortisol…todo va  generando una “gran ola” para poder crear una gran activación

Toda esta activación es muy costosa y no podríamos mantenerla constantemente. Por eso el cortisol  regula la primera ola, incluso consigue  que podamos mantenerla más allá de los primeros minutos. Logra seguir enviando glucosa a la sangre. Hasta el punto de crear más glucosa desde los aminoácidos, que provienen de las proteínas que componen nuestros músculos. Ahora es importante sobrevivir, incluso, a costa de perder musculatura. En una hora el nivel de cortisol ya será tan alto que, finalmente, suprimirá la actividad inflamatoria porque, a altos niveles, el cortisol es principalmente antiinflamatorio. De esta manera se regula la respuesta al estrés. El cortisol modula la respuesta inflamatoria global.

Otro efecto importante  del cortisol es “avisar” en el cerebro, (ya que tiene receptores para cortisol), que vaya bajando la producción de CRH. Por tanto irá bajando la propia producción de cortisol.

 Es un sistema en equilibrio. Permite que  consigas  el “sprint”, porque te  atacaba un depredador. Has corrido un par de minutos con la adrenalina por las nubes y has conseguido zafarte de la bestia. Ahora te quedan unos minutos para ir recuperándote y, el cortisol, al llegar al cerebro ira bajando la producción de CRH (por tanto generando menos cortisol poco a poco) y también va suprimiendo parte de la  actividad del Sistema inmunológico y su producción inflamatoria. Así poco a poco irá dándose una “vuelta a la calma” en un entorno de ”no estrés” y, por tanto, activando el Sistema Nervioso Parasimpático (el de “paz”), que acabará de poner todo en equilibrio e intentará reparar los “desperfectos”.

Resumiendo, la adrenalina permanece muy poco tiempo en sangre, unos minutos, pero el cortisol, además de aparecer más paulatinamente, tarda mucho más en desaparecer, varias horas.

En otro post te explicaré qué situaciones pueden activar este eje de estrés.

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